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“La invisibilización de los pueblos indígenas en salud”.

4° Boletín de Postgrado
Autor/a: 
boletin.postgrado@usach.cl

“La invisibilización de los pueblos indígenas en salud”.

ÁREA: SALUD PÚBLICA.

TIPO DE PUBLICACIÓN: COLUMNA DE OPINIÓN.

Autora: Viviana Reyes Ortiz, Estudiante del Magíster en Salud Pública. Facultad de Ciencias Médicas, Universidad de Santiago de Chile.

Correspondencia:

viviana.reyes@usach.cl

Año de recepción de contenido: 2022.

Palabras claves: Pueblos indígenas, pueblos originarios, salud intercultural.

En Chile la Ley Indígena N° 19.253 reconoce a 10 pueblos originarios o indígenas: Mapuche, Aymara, Rapa Nui, Lickan Antai, Quechua, Diaguita, Colla, Chango, Kawésqar y Yagan, todos ellos descendientes de los primeros habitantes de nuestro país y que conservan al menos parte de sus manifestaciones culturales como su lengua, tradiciones, cosmovisiones y medicina ancestral. En conjunto este colectivo llega a 2.185.792 personas, representando a al 12.8% de la población total del país según el Censo de 2017.

En salud, desde los años 90, se han dado pasos hacia el reconocimiento de los pueblos y hacia una salud intercultural. A pesar de que se han incorporado y reconocido prácticas ancestrales en la atención como la entrega de placenta tras el parto, se ha dado espacio a agentes de medicina indígena y facilitadores interculturales; se ha desarrollado un programa especial desde la atención primaria y se ha avanzado en la construcción de hospitales interculturales, la deuda del sector salud a los pueblos originarios es aún gigante.

Un aspecto fundamental en el que salud ha fallado es en el diagnóstico de salud de los pueblos originarios que se constituye un primer paso para el desarrollo de una política de salud intercultural. Si bien estudios epidemiológicos de inicios del 2000 mostraron que la población indígena en Chile enferma y muere antes que la población no indígena, no se dispone de información actualizada que permita cuantificar estas brechas en salud. Preguntas fundamentales como ¿cuántas personas pertenecientes a pueblos originarios se atiende?, ¿cuáles son sus características sociodemográficas?, ¿dónde se encuentran? Y ¿de qué se enferman o mueren? no pueden ser respondidas desde los datos administrativos en salud ya que éstos dan cuenta de un abismal subregistro, ni desde las encuestas poblacionales debido a que aún no se ha desarrollado un sistema de muestreo que incorpore a la población indígena de manera representativa.

Las razones de este problema son múltiples y se ubican en distintos niveles. Por una parte, la invisibilización de los medios de comunicación de las problemáticas de los pueblos originarios fuera del ámbito de recuperación de tierras refuerza las situaciones de discriminación histórica hacia esta población. Por otro lado, los problemas administrativos respecto a la incorporación de la variable en los formularios de salud, dificultades en la difusión e implementación de las normas que regulan la información con pertinencia cultural, y la falta de fiscalización en la aplicación de estas regulaciones refuerzan el problema. A nivel individual, el desconocimiento de los funcionarios respecto a la pertinencia cultural y a la importancia de este registro, los prejuicios personales respecto a quiénes son (o no son) parte de los pueblos indígenas en Chile, y finalmente la renuencia de las personas pertenecientes a pueblos a reconocerse para evitar estigmatización y discriminación forman parte del círculo causal que  desemboca en  la generación de nuevas brechas en salud de  la población perteneciente a los pueblos originarios

Una de estas brechas,  la de  la información de salud de los pueblos originarios en Chile, puede y debe ser abordada desde el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, pero  mientras aquello no sea posible, debe enfrentarse con el fortalecimiento de la identificación de los pueblos en todos los registros administrativos, con una formación  que permita que  profesionales de la salud estén preparados y sensibilizados respecto a la interculturalidad, y  que la población en general conozca y se sienta orgullosa de sus orígenes, haciéndose cargo de que  Chile finalmente, es un país mucho más heterogéneo e intercultural de lo que pensábamos.