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“Voces sobre la calidad educacional”.

4° Boletín de Postgrado
Autor/a: 
boletin.postgrado@usach.cl

“Voces sobre la calidad educacional”.

ÁREA: EDUCACIÓN.

TIPO DE PUBLICACIÓN: COLUMNA DE OPINIÓN.

Autores/as:

Constanza Silva Reyes, estudiante del magíster en educación con mención en gestión y liderazgo escolar, Facultad de Humanidades, Universidad de Santiago de Chile

Roberto Arenas Vásquez, estudiante del magíster en educación con mención en gestión y liderazgo escolar, Facultad de Humanidades, Universidad de Santiago de Chile

Gonzalo Ruz Wiznia, estudiante del magíster en educación con mención en gestión y liderazgo escolar, Facultad de Humanidades, Universidad de Santiago de Chile

Correspondencia:

constanza.silva.reyes@gmail.com

robertoarenas.emi@gmail.com

gonzalo.ruz.w@usach.cl

Año de recepción de contenido: 2022.

PALABRAS CLAVE: Educación, gestión y liderazgo, calidad educativa.

La educación actual tiene enormes desafíos que sortear, sobre todo a nivel de educación pública, para lograr la ansiada calidad educativa. No obstante, este concepto es altamente discutido por la literatura especializada, siendo necesario construir una definición que sea alimentada por distintas voces y que alcance la representatividad de sus distintos actores. Por ello, en este trabajo, consideraremos las voces de los expertos mundiales y nacionales, como también los Premios Nacionales de Educación junto con las voces de diez actores de nuestras comunidades educativas. De este modo podremos realizar una interesante triangulación que nos permitirá aproximarnos a la pregunta ¿qué es calidad en educación?

Es importante que podamos utilizar las fuentes adecuadas para gestionar la calidad educativa, puesto que motivaciones incorrectas conducirán a empeorar las condiciones educativas, tal como Fullan detalla en su libro denominándolos impulsores incorrectos (Fullan, 2011,) Estos impulsores incorrectos son políticas educativas que han sido perjudiciales para lograr una educación de calidad para todos y, este autor, plantea que deben ser re encausados en impulsores correctos que permitan generar cambios educativos significativos. Para este autor son cuatro los impulsores que deben ser re encausados para lograr cambios significativos en lo que se denomina paradigma humano, concibiéndolos como una fuerza que atrae energía y genera movimiento continuo.

No obstante, esta es una mirada global de cómo debe ser entendida la calidad educativa, pero es necesario que sea aterrizada a la realidad local de nuestro país. Ha sido trascendental para la investigación en educación en Chile los aportes de Bellei a través de los libros ¿Quién dijo que no se puede? escuelas efectivas en sectores de pobreza (Bellei et al., 2004) y su posterior continuación con el estudio Nadie dijo que era fácil: escuelas efectivas en sectores de pobreza, diez años después (Bellei et al., 2015). Lo primero que este libro nos plantea es que la concepción de que la calidad educativa de un país debe ser entendida como la cobertura es un error muy grave. Uno de los principales hallazgos de este libro es que las escuelas altamente efectivas no lograron en su mayoría mantener estos resultados en el tiempo. Señalan que el mejoramiento continuo es una historia sin fin que requiere permanente esfuerzo y vigilia pues lo más complejo de poder mantener los altos resultados de aprendizaje.

Para Faride Zerán, Premio Nacional de Periodismo (2007), educación de calidad se define como la capacidad de transmitir conocimiento con valores, asumiendo que los estudiantes son seres humanos pensantes, críticos y con subjetividades con los que se debe convivir dentro de la sala de clases. Señala, además, que la calidad no se traduce solo en indicadores, sino que en la relación de un profesor dignificado y reconocido y sus estudiantes, en donde el profesor se asume como formador de principios del humanismo, de la democracia y del respeto a la diversidad y a los derechos humanos.

Por otro lado, el premio Nacional de Historia, Gabriel Salazar (2017), expresa que la calidad se mide a partir del nivel de conocimiento científico y de la compresión solidaria  que logran los estudiantes, además, advierte que el sistema educacional tiene tres objetivos claves: colaborar en la  formación y validación de “personas” integrales; colaborar en el  desarrollo de las comunidades locales a través de la formación de ciudadanos activos y soberanos, y lograr que los estudiantes  conozcan y manejen, en general, los conocimientos  actualizados de todas las ciencias y las artes humanas.

Ahora toca preguntarse ¿Cómo se vive esto al interior de las escuelas? Es por esto que hemos entrevistado a diez actores de nuestras comunidades educativas y les hemos consultado por qué entienden del concepto de calidad en educación. De sus respuestas hemos extraído los conceptos clave y luego se han sistematizado en una nube de palabras que presentamos a continuación.

Podemos observar una heterogeneidad en las respuestas entregadas por los actores de las comunidades educativas. Desde mencionar elementos como una correcta presentación personal, que podríamos considerar como algo muy específico, tenemos otros como el concepto de amor que es mucho más amplio de considerar. Los elementos que más se mencionan en estas entrevistas son, en primer lugar, los aprendizajes. Esto se debe a que tradicionalmente hemos visto la calidad asociada a la calificación. Es parte de nuestro sistema que todo lo pretendemos calificar, desde la mínima actividad hasta las evaluaciones estandarizadas nacionales e internacionales. Por lo que esta concepción está integrada en la visión escolar. No obstante, esta visión está siendo tensionada por otro concepto muy repetido que tiene que ver con los valores y las relaciones interpersonales. Esto se debe a que al estar al interior de la escuela, se percibe este factor humano de ser comunidad y se valora la importancia del cariño, cercanía y valor formativo que la escuela transmite en la formación de los estudiantes.

La perspectiva que tiene cada actor de la comunidad educativa, sobre el concepto de calidad, difiere de cierto modo en el sentido ideológico que se expresa por el concepto. en el caso de los actores de base: estudiantes, apoderados, el concepto de calidad está ligado a prácticas que permiten evaluar subjetivamente la formación educacional del estudiante. De cierta manera, el interés por una educación de calidad se posiciona más por cuestiones de forma, que, de fondo, es decir, las preocupaciones de los apoderados y estudiantes es que la educación que reciban sea de un primer nivel, que la infraestructura esté a la altura, que la institución sea “exigente”, no solo en el plano formativo, sino también en el conductual y que, básicamente, el establecimiento sea un modelo a seguir para la comunidad.

Tras una revisión sistemática de cómo se define calidad en la educación tanto para investigadores, expertos y miembros de diferentes comunidades educativas podemos encontrar que de esta variedad de respuestas hay ideas interesantes que se deben considerar.  La suma de estas visiones nos entrega un panorama general y deja en claro que estas concepciones de un mismo tópico no deben de verse de forma segregada, sino que es necesario aunar conceptos y criterios que impacten en el bienestar colectivo de niños, niñas y adolescentes que se encuentran insertos en el sistema escolar chileno.

Para lograr lo que se menciona previamente, resulta imprescindible cambiar las condiciones laborales de los docentes, ya que el estar bajo el régimen de extensas horas laborales, con una baja remuneración y nulo tiempo para realizar educación continua no se puede entregar a la labor a cabalidad, lo que merma las posibilidades de las y los profesores entreguen clases dentro de los estándares óptimos que permitan una mejora educativa. A su vez, es importante incluir a los estudiantes como agentes activos en su educación y tomar en cuenta la realidad individual. Los sostenedores deben estar involucrados en el proceso y no mantenerse al margen como tradicionalmente ocurre y destaca la importancia de los equipos directivos como quienes deben tener una visión clara y profunda de cómo gestionar para la mejora continua y así, conducir a las comunidades a una educación de calidad.

Para concluir, se puede decir que conjuntar calidad educativa y procesos de gestión, que tributen al mejoramiento del ser humano y de la sociedad, requiere atar fuertemente los pilares de la educación a la vida de los docentes, de la familia y los respectivos estudiantes.

REFERENCIAS:

Agencia de la Calidad de la Educación. (2017). #Calidades en la voz de nuestros premios nacionales. Agencia de Calidad de la Educación.

Bellei, C., Muñoz, G., Pérez, L.M., & Raczynski, D. (2004). ¿Quién dijo que no se puede? escuelas efectivas en sectores de pobreza. UNICEF - Ministerio de Educación de Chile. https://doi.org/10.34720/dfe5-5w64

Bellei, C., Treviño, E., Pozo, F. d., Contreras, D., Trivelli, C., Ermter, K., Valenzuela, J. P., Vanni, X., Muñoz, G., Herrera, J., Racynski, D., Anaya, M., Rozas, T., Morawietz, L., Flanagan, A., Muñoz, A. L., López, V., & Ugalde, P. (2015). Nadie dijo que era fácil: escuelas efectivas en sectores de pobreza, diez años después (L. Morawietz, J. P. Valenzuela, X. Vanni, & C. Belleï, Eds.). LOM Ediciones.

Calventus, J. (2022). El Sueño Frustrado de la calidad educativa en Chile. En Pedagogía de la exclusión en Chile. Perspectivas críticas hacia el 2030.

Fullan, M. (2011). Choosing the Wrong Drivers for Whole System Reform. Centre for Strategic Education. https://michaelfullan.ca/wp-content/uploads/2016/06/13396088160.pdf

Gairín, J. (1999). La calidad, un concepto controvertido. Universitat Autónoma de Barcelona. Departament de pedagogia aplicada. Barcelona.

Hargreaves, A. y Shirley, D (2012). La Cuarta Vía. El prometedor futuro del cambio educativo, Barcelona: Octaedro.

Unesco. (2022). Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación. Unesco.