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Boletín N°1 - Mujeres indígenas al poder: una fuerza política no occidental

Mujeres indígenas al poder: una fuerza política no occidental

 

ÁREA: Social.

 TIPO DE PUBLICACIÓN: Columna de opinión.       

 

Autora: Andrea Ibacache Corante, estudiante de Doctorado en Estudios Americanos, Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), USACh.

Correspondencia: andrea.ibacache.c@usach.cl

 

Emilia Nuyado, Marichuy, Nanaia Mahuta, Gahela Cari, Thelma Cabrera, Deb Haaland, Paulette Jordan, Elisa Loncon, etc. Todas son mujeres indígenas relacionadas con cargos de poder, con liderazgo, con representatividad de sus comunidades de origen. Algunas fueron presentadas como candidatas, otras llegaron a la institucionalidad pública, pero no deja de ser llamativa su presencia a nivel mundial. Estamos viviendo tiempos de cambios; en el caso de Chile se siente la alta expectativa que genera la Convención Constitucional, encabezada por Elisa Loncon. Un ejercicio inédito en Chile, donde representantes de la sociedad civil además de escaños reservados para indígenas y paridad de género, convierten a la Convención en un evento histórico de distribución de poder y democracia representativa.

¿Cómo las mujeres indígenas llegan a estos cargos?

¿Cuáles son sus trayectorias?

¿Por qué generan atención pública?

¿Qué significado le entregamos como sociedad a su participación?

La conceptualización y problematización del género puede entregarnos algunos parámetros, pero no una respuesta absoluta. Con la denominada “Cuarta ola del feminismo” se cuestiona lo que entendemos sobre “ser mujer” incorporando planteamientos más allá de lo biológico y considerando cosmovisiones externas al mundo occidental. Mucho se comenta sobre la “no existencia” del género en el mundo indígena o sobre la “dualidad” y “complementariedad” entre hombres y mujeres en momentos políticos. Estamos hablando desde una sociedad occidental como la nuestra que busca “incorporar y educar” sobre aquellos temas que el mundo indígena parece desconocer. Cuidado con nuestro eurocentrismo y subalternización excesiva, que de paso esconde algunos atisbos racistas: las comunidades indígenas ven, perciben, y sienten al mundo, a la Ñuke Mapu, a la Pachamama de forma diferente; donde lo comunitario tiene un carácter preponderante.

La presencia de mujeres indígenas aportan a la legitimidad de la Convención Constitucional en el caso chileno y a los gobiernos de turno en los casos de Nueva Zelanda y Estados Unidos. Probablemente su presencia y candidaturas para diversos cargos irá en aumento. No es una moda, es la representación de “los nadie” como diría Eduardo Galeano; es la problematización desde lo colectivo.

Si bien el patriarcado ancestral permea con fuerza en las comunidades indígenas, la presencia de mujeres como lideresas no es algo nuevo. Las comunidades indígenas cuentan con sus propias formas ancestrales de organizarse, de hacer política, de definir tareas, considerando a la reciprocidad como un pilar. Quienes se transforman en líderes es porque cuentan con las herramientas y confianza de la gente para representar y dar voz. Las mujeres han sido históricamente oprimidas y racializadas, por lo que su presencia en la institucionalidad pública esta llena de simbolismos que permiten consolidar a un organismo más representativo, sobre todo en Chile, donde se presenta un importante crisis de representatividad y legitimidad de diversas instituciones. Las mujeres indígenas construyen su historia acorde a sus vivencias y principalmente, acorde a las opresiones de las comunidades a las que pertenecen. Si la sociedad actual permite y promueve una mayor presencia de las mujeres indígenas, ya sea por la concientización mayor que existe sobre género y feminismo, o porque los planteamientos decoloniales parecen tener más sentido; es una oportunidad para los más invisibilizados históricamente y sus demandas y propuestas que nos hacen cuestionar el sistema que habitamos. Estratégicamente, la participación de ellas permite volver a creer en instituciones históricamente lideradas por la elite, lejos de la morenidad mestiza. En cuanto a ideologías, existe una sola: el respeto por la Madre Tierra.