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Boletín N°2 - Hacia una educación libertaria.

 

“Hacia una educación libertaria”.

 

ÁREA: EDUCACIÓN

TIPO DE PUBLICACIÓN: COLUMNA DE OPINIÓN.

Autor: Felipe Letelier Molina, egresado de Magíster en Educación, mención Gestión Educacional, Facultad de Humanidades, USACh.

Correspondencia: felipeletelier26@gmail.com

 

Estos últimos meses a muchas familias se les ha transformado el panorama habitual en todo sentido. Y sin lugar a dudas uno de los más trastocados ha sido el de la educación. Desde esta perspectiva es que entonces se hace necesario replantear las directrices de lo que se ha construido hasta el momento como educación formal o tradicional. 

Quizá el punto de partida sería preguntar a los estudiantes de cualquier escuela, si a ellos les gusta asistir y las motivaciones que tienen para hacerlo. No es un misterio que todo ser humano debe si o si, estar al menos 12 años en un establecimiento educacional como mínimo. De ahí la importancia de hacer este espacio un lugar más amable, ameno, dinámico, atractivo y adaptado a lo que se requiere para la formación de educandos del siglo XXI.

Es en este sentido que aparece como opción la Educación Libertaria, amparada en conceptos que tienen  que ver con el bienestar del ser humano en todos sus ámbitos y apelando a su fuerte componente ético-colectivo, donde la responsabilidad y la corresponsabilidad son sus derroteros más fuertes.

Con la educación actual ya quedó demostrado que de manera individual no vamos a ninguna parte y que la competitividad que se nos inculca desde pequeños no hace más que acrecentar brechas sociales, intelectuales y actitudinales que más temprano que tarde se hacen patentes en trifulcas, envidias, infamias, deshonestidades, etc.

Hoy se hace imprescindible educar para la vida en directa relación con lo que está pasando en Chile y el mundo; la solidaridad, la empatía, la libertad, la dignidad, el trabajo colaborativo y la participación, donde cada persona tenga plena conciencia de cómo, cuánto y dónde quiere aprender es el norte de la educación libertaria, y el profesor solo sea un mero puente y consejero, fomentando el auto-didactismo y la curiosidad inherente del ser humano. Y ya cuando no se pueda resolver un problema matemático por ejemplo, solicitar ayuda sin ambages, tanto a sus pares como al adulto responsable del conocimiento, sin miedos ni vacilaciones porque todos estarán ahí para aprender y todos serán iguales. 

Sin embargo, hacerlo desde la más tierna edad es fundamental, toda vez que aún no han sido envenenados por los medios de comunicación como prensa, publicidad, noticieros, telenovelas, matinales, concursos de bailes/cocina/”conocimiento”, entre otros.

Se ve bonito y todo, pero ya, ¿y cuando aparezcan los conflictos?

En esta instancia se recurre a las asambleas, donde los participantes de la comunidad educativa, discutirán de manera honesta y transparente lo que les molesta, les inquieta o sobre dudas que puedan aparecer, teniendo siempre claro que el poder de la asamblea es decidor, ya que va en beneficio de todos; aunque siempre va a existir la posibilidad de revisar cualquier protocolo establecido anteriormente por todos y para todos, ya que no habrán jefes ni líderes, y cualquiera puede tomar la decisión de reunir a su grupo para discutir y llegar a consensos.

Ah! Pero ¿y las pruebas?

Como el proceso estará basado fuertemente en la auto-didáctica académica, los métodos de evaluación estarán también asociados a técnicas de autoevaluación, con pautas de observación y madurez, tanto individual como colectiva, ya que todos formarán parte y nadie será excluido. Se debe abogar por una autonomía responsable del estudiante y que cada uno vaya aprendiendo a su ritmo y bajo sus libertades intelectuales, para que el medio hacia el crecimiento estudiantil en todo ámbito sea de verdad. Es por esto que la educación libertaria propone algunos puntos básicos para su puesta en marcha:

*Libertad colectiva e individual: se hace necesario contar con el rechazo hacia cualquier autoridad y dogmas, con el objetivo de alcanzar la libertad individual, pero siempre teniendo claro que debe apuntar hacia la libertad grupal.

*Autonomía del estudiante: cada persona asumirá sus propias responsabilidades haciéndolas con respeto y en favor del grupo, no porque lo manden, sino porque se compromete.

*Desarrollo de la solidaridad y el apoyo mutuo: se debe inculcar el trabajo colaborativo como piedra angular de la educación y la empatía como eje del aprendizaje, dejando de lado individualismos y competencias (a no ser que sea para jugar y entretenerse).

*Enseñanza de la autodeterminación, autogestión y racionalidad: es decir, la escuela es un foco cultural desde el cual se pueden desarrollar múltiples acciones colaborativas con la comunidad circundante, aprendiendo no las lógicas de poder, sino lo que realmente le afecta al ser humano y como se puede crear una sociedad mejor.

 

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