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Edición Especial Constitución - “Prioridad en América Latina y el Caribe: Las relaciones internacionales en la nueva Constitución. Dificultades y perspectivas”

“Prioridad en América Latina y el Caribe: Las relaciones internacionales en la nueva Constitución. Dificultades y perspectivas”.

ÁREA: Proceso constitucional y propuesta de nueva Constitución. 

TIPO DE PUBLICACIÓN: Columna académica.

AUTOR:  Nicolás A. Valenzuela Paterakis, estudiante del Magíster de Estudios Internacionales, Instituto de Estudios Avanzados, programa de la Facultad de Humanidades, USACh.

CORRESPONDENCIA: nicolas.valenzuela.p@usach.cl

 

Resumen

La propuesta de nueva constitución presentada por la Convención Constitucional ha decidido priorizar, en materia de relaciones internacionales, en América Latina y el Caribe. El presente artículo discurre acerca de lo que implica esta priorización, su relación con las demás disposiciones de la eventual carta magna y entramado económico e institucional, las posibilidades y dificultades que abre y tiene por delante a la luz del actual contexto regional y mundial, signado por una multiplicidad de iniciativas de integración y la disputa entre EEUU y China.

Palabras clave: integración, Convención Constitucional, priorización, América Latina y el Caribe.

 

Abstract

The proposal for a new constitution presented by the Constitutional Convention has decided to prioritize, in terms of international relations, in Latin America and the Caribbean. This article discusses what this prioritization implies, its relationship with the other provisions of the eventual Magna Carta and the economic and institutional framework, the possibilities and difficulties that it opens and has ahead in light of the current regional and global context, marked by a multiplicity of integration initiatives and the dispute between the US and China.

Key words: integration, Constitutional Convention, prioritization, Latin America and the Caribbean.

 

Introducción

El contexto de disputa hegemónica entre EEUU y China genera un nuevo escenario político para la región. Si bien hay quienes son optimistas respecto de las oportunidades que pudiera traer para América Latina, en la larga duración puede observarse un preocupante proceso de la periferia a la marginalidad (Fortin et al, 2021). Sumado a lo anterior, la carencia de una densidad nacional y regional han impedido la gestación de una estrategia común de integración (Briceño, 2016). 

El Consolidado de normas aprobadas para la propuesta constitucional por el pleno de la Convención -conocido como el “borrador” de la Convención Constitucional- en su numeral 90 artículo 20 define a América Latina y el Caribe como su zona prioritaria de relaciones internacionales, poniéndose a tono con la mayoría de los países de América Latina que, sin distingo político, promueven la integración y tienen contemplada en sus cartas magnas diversas orientaciones o compromisos al respecto. Sin embargo, no basta con un mandato constitucional ni con una voluntad de priorización. Hace falta la articulación de diversos aspectos políticos, económicos e institucionales.

En tal sentido, el borrador de la Convención Constitucional, tiene, tanto a nivel político, económico e institucional, aspectos que permiten afirmar que Chile puede encontrar en ella un respaldo a una voluntad de aportar sustantivamente a la integración regional.

 

Estado del arte

Los procesos de integración que se llevaron a cabo por parte de los gobiernos que formaron parte de “la década ganada” -CELAC, UNASUR, ALBA- se encuentran truncos (Katz, 2016, p 387). La vuelta de la derecha en Argentina (2015), Chile (2017), Ecuador (2017), Brasil (2018) y Uruguay (2019) -sumado al golpe de estado en Bolivia- significaron un desahucio de estas instancias y la aparición, por contra partida, del Grupo de Lima y Prosur. Mientras tanto, el Mercosur parece haber perdido protagonismo. 

Por otro lado, la Alianza del Pacífico, impulsada por gobiernos más afines al consenso de Washington (Rocal, 2022), no logran convocar a los sectores progresistas. Los cambios de gobierno en Perú, México, Chile y Colombia sumados a la crisis que atraviesa Ecuador, aspirante a nuevo miembro de la alianza, suponen un duro revés para este proyecto.

 

El caso chileno como ejemplo

Desde la transición el énfasis del estado de Chile en materia de relaciones internacionales ha estado enfocado en sumarse al mercado mundial -en especial EEUU, la Unión Europea y China- sobre la base de la ortodoxia de las ventajas comparativas y el libre intercambio.

Este modelo de integración internacional era coherente con la política económica hegemónica del momento post disolución de la URSS, la estructura económica nacional -primarizada- y el diseño institucional, afín a la inversión extranjera. Tal era la armonía entre estos factores, que no fue necesario estipular una hoja de ruta a nivel constitucional en este sentido.

Al margen de la valoración de los resultados históricos de esta apuesta, puede decirse desde lo formal, que en Chile hubo un proceso exitoso de incorporación internacional en la medida que pudo articular diversos ámbitos institucionales (económicos, políticos, y diplomáticos) en pos de un proyecto de desarrollo. Desde esta perspectiva, abogar por una integración regional que supere los anteriores fracasos, requiere una compenetración de todos estos factores.

 

Las dificultades

El principal problema de este tiempo convulso es la falta de certezas. ¿Cómo construir una armonía entre los diversos factores involucrados en un proceso de integración regional si el contexto internacional es voluble -en el que las naciones periféricas parecieran tener poco que decir- y los intereses nacionales no siempre parecen ser confluyentes? ¿Qué tipo de integración, bajo qué modelo económico e institucionalidad?

La emergencia China generó una respuesta proteccionista en EEUU durante el gobierno de Trump que pone en cuestión la mantención de la política económica que venía siendo dominante en el mundo (Xing y Bernal-Meza, 2021). Y aunque el gobierno de Biden ha decidido dejar el unilateralismo y el proteccionismo de su predecesor, no ha cejado en su lucha con la nación milenaria de Asia. 

Las consecuencias las sufren otros. Particularmente ilustrativo de aquello son las condiciones impuestas por EEUU a Ecuador a cambio de un préstamo para combatir los efectos de la pandemia y a México y Canadá en su nuevo acuerdo comercial. En el primer caso, una de las cláusulas impide a la nación guaya utilizar tecnología china en las telecomunicaciones (El Universo, 2021); en el segundo impide, en los hechos, celebrar un Tratado de Libre Comercio con China (González, 2018). Es posible que presiones del estilo, cuyo establecimiento no tiene como prioridad el bienestar de los pueblos periféricos, sino con los objetivos perseguidos en la disputa entre las potencias, se vuelvan comunes.

Por otra parte, el balance histórico de la adopción de la estrategia neoliberal en los países de América Latina no resulta positivo en comparativamente hablando con otros pueblos del sur global, en especial del Asia pacífico. Mantener la dependencia respecto del centro, expresado en una primarización de nuestra economías, ha contribuido a nuestra debilidad sistémica. Sin embargo, un revival proteccionista del modelo de sustitución de importaciones en países que permiten un acotado despliegue de economías de escala y baja inversión de capital fijo, tampoco pareciera ser el camino (Yin, 2010).

A estas complejidades hay que añadirle el hecho de que el extractivismo y las crisis ambiental limita el actuar de los gobiernos en esta materia, por lo que la carta de los gobiernos progresistas de recuperar parte de la renta de la explotación de los bienes comunes se verá limitada, como de hecho, ya puede verse en el actual borrador. A su vez, el éxito, sin par, del modelo chino en materia económica cuestiona los dogmas liberales sobre la participación del estado en la economía, la autonomía de los bancos centrales y el valor de las democracias liberales. Chile mantiene un sinnúmero de tratados de libre comercio que pueden atarnos a la hora de pensar un cambio de estrategia. Y por último, el incontrarrestable hecho de que la integración regional depende en gran medida de la voluntad de Brasil.

 

El borrador y sus perspectivas

La propuesta contenida en el Consolidado de normas carece de una definición u hoja de ruta en materia económica análoga a la hecha en materia de relaciones internacionales. Y ante ello es razonable asumir la continuidad de lo actual.

Sin embargo, y a pesar de que es cierto que buena parte de la estructura neoclásica no se modifica, también lo es que hay cambios en lo que respecta a la actividad estatal en la economía, el fomento a la innovación, la diversificación productiva y la promoción de la economía circular; la promoción de la soberanía alimentaria; las empresas públicas municipales, estimular la investigación científica y tecnológica, entre otros, lo cual entrega un marco para una transición de modelo productivo.

La conformación de un estado de carácter regional y la nueva distribución de los ingresos a su vez, hacen posible un desarrollo descentralizado y colaborativo que puede potenciar las capacidades productivas y el consumo interno.

Los principios de autodeterminación, no intervención, multilateralismo, autonomía política e igualdad jurídica entre los estados, consagrados en el numeral 90 artículo 20 del borrador, refuerza un diseño institucional en materia de relaciones internacionales favorable a la integración regional.

Por último, no todos los factores relevantes para que cuaje al interior de Chile un proceso que promueva una integración regional a la altura de los desafíos del presente tienen cabida en la Constitución. Por ejemplo, una revisión histórica de las relaciones con nuestros vecinos, orientada hacia la cooperación y no el conflicto, con el consecuente cambio en los patrones culturales, mitos y arquetipos derivados de los nacionalismos, resulta fundamental (Mondaca el tal, 2013). 

 

Conclusiones

El actual consolidado de normas de la Convención Constitucional abre perspectivas, en la medida que se armonicen los diversos factores necesarios (económicos, políticos e institucionales), para que Chile pueda cumplir con el mandato de integración latinoamericana. 

Tanto la declaración de priorización en materia internacional como las disposiciones institucionales y económicas entregan una amplia gama de posibilidades, que escapan del modelo de la actual constitución atado a los consensos de Washington. 

Por el lado de las dificultades no se puede dejar de nombrar el efecto primarizante de la pujanza de la economía China y el gran número de tratados de libre comercio que podrían dificultar un cambio de estrategia. En este camino por recorrer, la tensión y equilibrio entre la protección de la naturaleza y la redistribución de la renta que genera la explotación de los bienes comunes, la participación del estado en la economía y la inversión extranjera, el cambio de la matriz productiva y las economías de escala, la necesidad y peligro de hacer uso de medidas de protección para ciertos sectores productivos, la integración económica regional y el desmedro de ciertos sectores productivos locales, son parte de los desafíos del futuro próximo. 

 

Referencias:

1 Briceño, J. (aceptado noviembre 2016). Aldo Ferrer y la integración regional en América Latina. Cuadernos sobre Relaciones Internacionales. vol 11 (22), 73-95. 

2 El Universo (15 de enero de 2021) El préstamo de $ 3.500 millones de Estados Unidos a Ecuador: Un modelo para expulsar a China del continente latinoamericano El Universo: https://www.eluniverso.com/noticias/2021/01/15/nota/9582415/prestamo-estados-unidos-ecuador-expulsar-china-latinoamerica/ 

3 Fortín, C. et al (2021). El no alineamiento activo y América Latina: Una doctrina para el nuevo siglo. Catalonia.

González, L. (2 de octubre de 2018). México, EU y Canadá cierran la puerta a un TLC con China. El Economista. 

https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Mexico-EU-y-Canada-cierran-la-puerta-a-un-TLC-con-China-20181002-0040.html 

4 Katz, C. (2016). Neoliberalismo, neodesarrollismo, socialismo. Batalla de Ideas.

5 Mondaca, C. et al (6 de marzo de 2013). La escuela y la Guerra del Pacifico: propuesta didáctica de historia para la inclusión educativa en contextos transfronterizos del norte de Chile. Si Somos Americanos. https://www.scielo.cl/pdf/ssa/v13n1/art06.pdf 

6 Roncal, X. (2022). La Alianza del Pacífico: el dispositivo empresarial regional. Cuadernos De Nuestra América, (02), 22. https://cna.cipi.cu/cna/article/view/53 

7 Xing, L. & Bernal-Meza, R. (2021) China-US rivalry: a new Cold War or capitalism’s intra-core competition? Revista Brasileira de Política Internacional https://www.scielo.br/j/rbpi/a/tPFgRF7VfFkZ9hjcd6hpsFG/?format=pdf&lang=en 

8 Yin, J. (2010) Nueva Economía Estructural: Un marco para reformular el desarrollo. (Documento de trabajo sobre investigación de políticas 5197). Banco Mundial. https://deliverypdf.ssrn.com/delivery.php?ID=211117027007030106000099006126084067058021000060079050028048060119056114116003103013070081068075015100070078016064115028106022031125031065067011028015002122123010084122025124123102086113088&EXT=pdf&INDEX=TRUE